El diario nos ayuda a crecer. Al escribir en él revivimos algunos momentos y nos damos cuenta de la huella que estos han dejado en nosotros. Los sentimientos requieren tiempo para formarse y por ello nosotros necesitamos también un tiempo para comprender cómo nos sentimos ante una situación, qué pensamos y cómo queremos responder.
Pero en nuestro diario no solo recordamos lo ocurrido, también anticipamos sucesos que esperamos con ilusión y expresamos deseos y sueños que al escribirlos comienzan a hacerse posibles y reales. Un sentimiento puede originar un deseo y este transformarse en un propósito y un plan concreto de acciones para alcanzarlo. Por ello el diario es una herramienta poderosa que nos ayuda a crecer.
Escribir en él nos ayuda a pensar despacio. A ser conscientes de lo que sucede en nuestro interior y fuera de nosotros distinguiendo hechos de pensamientos.
El diario es el mejor lugar para pensar en nosotros y darnos cuenta del modo en que venimos viviendo. Cómo estamos trabajando, cómo nos relacionamos, dónde estamos progresando y dónde tenemos dificultades y necesitamos esforzarnos más y pedir ayuda.
También es un buen lugar para hacernos preguntas: ¿Cómo va esta área de mi vida? ¿Cómo me siento al recibir esta invitación o al no ser invitado? ¿Cómo puedo mejorar mi relación con …? Las buenas preguntas nos ayudan a pensar y los pensamientos producen acciones y estas resultados. Todo esto nos ayuda a crecer.
En el diario nos hablamos a nosotros mismos. Podemos descubrir lo que pensamos o sentimos de alguien o de algo, hablar con quién nos ha hecho daño y expresar miedos y deseos, penas y alegrías sabiendo que nuestras palabras y sentimientos están a salvo con nosotros. Es una poderosa herramienta para conocernos mejor y también para cultivar una relación amistosa y amable con nosotros mismos.
Hay algo importante que debemos hacer con nuestro diario: releerlo para tener bien presentes las cosas importantes, los mensajes o vivencias significativos, los propósitos y los planes escritos para alcanzarlos. Para ello podemos subrayar con colores aquello que nos puede ayudar a progresar.
Para obtener todos estos beneficios tan solo debemos hacer una cosa: escribir unas pocas líneas cada día.